Muchas personas vienen a nuestra clínica preguntándonos cuál de estas dos opciones es la mejor de las dos para tonificar o perder algo de peso o, simplemente, hacer algo de ejercicio. En este artículo vamos a explicarte cuáles son las principales diferencias entre estas dos disciplinas que se han puesto tan de moda en los últimos años, para que decidas por ti mismo la que más te apetece practicar. El yoga, más que un deporte, es un estilo de vida. Durante el ejercicio, el objetivo es conectar cuerpo y mente a través de diferentes posturas (llamadas asanas) y movimientos.
Esto no significa que no suponga un entrenamiento muscular, todo lo contrario. El yoga fortalece la musculatura, sobre todo de la parte central del cuerpo (core), favorece la elasticidad y mejora el equilibrio y la higiene postural. Existen gran cantidad de variaciones de yoga: desde la más tradicional (hatha yoga), a modalidades como acro yoga (que se suele practicar en pareja) o bikram yoga (yoga a altas temperaturas). La elección del tipo de yoga dependerá de los gustos y la capacidad física de cada uno, aunque nosotros recomendamos empezar con el hatha yoga para familiarizarse con las posturas, la respiración y el ritmo de la disciplina. El pilates, por otro lado, es una actividad bastante subestimada a la hora de entrenar.
La gente que nunca lo ha practicado suele pensar que no supone un gran esfuerzo físico, pero la realidad es que, a pesar de ser una disciplina pensada para todo tipo de personas, sin importar edad o condición física, supone un nivel de exigencia muscular bastante alto. De hecho, el origen de este tipo de ejercicio se remonta a la Primera Guerra Mundial, donde formaba parte del entrenamiento militar y de la recuperación de las lesiones de los soldados tras volver del campo de batalla. Se basa en fortalecer la musculatura de todo el cuerpo de manera equilibrada y con posturas y ejercicios en los que el riesgo de lesión sea mínimo. Se fortalece, sobre todo, las zonas abdominal y glútea, lo que hace que mejore la postura en todos los aspectos de nuestra vida diaria. La respiración y la higiene postural son la base de este deporte. La duda que más escuchamos los profesionales que trabajamos en estas disciplinas es si sirven para adelgazar.
Obviamente, no son deportes en los que se haga una gran trabajo cardiovascular, que es donde más podemos notar la pérdida de peso. Sin embargo, con ambas actividades se tonifica muchísimo, lo que hace que nuestros músculos estén más fuertes y, por tanto, necesiten más nutrientes de lo que solían consumir cuando no teníamos tanto tono muscular. Esto provoca un aumento del metabolismo y, como consecuencia, un consumo más elevado de las reservas de nutrientes que solemos acumular. Nosotros pensamos que lo importante a la hora de elegir una actividad deportiva es que te guste y te sientas cómodo/a haciéndola, ya que la constancia es lo más importante a la hora de evolucionar en las clases, y es mucho más fácil ser constante en algo que te gusta y te divierte. Los resultados los verás tarde o temprano, elijas la disciplina que elijas.